Novena a la Virgen de Guadalupe

novena de la virgen de guadalupe

Bienvenidos creyentes, les traemos esta reconfortante novena, la novena es una costumbre la cual se realiza durante 9 días, con este rezo alabaremos a la Virgen de Guadalupe durante 9 días interrumpidos. Este rezo data de la época de los Apóstoles, y se dice que nace de aquellas reuniones luego de la ascensión esperando la venida del Espíritu Santo.

La intención al rezar una novena o novenario, es aumentar una plegaria, alguna petición que se esté haciendo o incluso, para cumplir alguna promesa por un favor concedido. Se hacen 9 días de oración para agradecer o como petición.

Los tiempos ideales para rezar una novena

Las novenas personales no tienen fechas específicas para hacerse, basta con que la persona desee o prometa hacerla, sin embargo, hay novenas que sí tienen fechas especiales, como el caso de la novena al Sagrado Corazón de Jesús que son los primeros 9 viernes de mes, o en la época del Corpus Christi que casualmente termina en las fiestas del Sagrado Corazón de Jesús.

Tipos de novena

Aunque las novenas se le rezan a los santos y la Virgen, hay unas que también son conocidas por hacerse luego del entierro de alguna persona.
Ese tipo de rezo se realiza para ayudar al difunto a descansar en paz y hacerlo llegar al camino divino, el nombre que lleva es “novena de anticipación”.
Las de preparación, son aquellas que se rezan con la intención de prepararse, valga la redundancia para alguna festividad Católica, evento espiritual o para recibir algún Sacramento.
 
Las de peticiones, son dirigidas específicamente a Dios o alguna Virgen o Santo, se hace con la intención de pedir alguna ayuda i intervención divina. 
Las novenas de indulgencia, son las que se realizan únicamente para pedir perdón, se hacen por arrepentimiento por algún mal hecho o pecado cometido y vienen en compañía de una confesión y asistencia a misas.

Puedes realizar una novena en compañía de algún familiar, amigo o compañero de la iglesia, así como también de forma individual y en solitario.

Novena a la Virgen de Guadalupe de 9 días

La virgencita morena tiene desde oraciones, rosarios y cantos, hasta su propia novena, y en cualquier época del año, pedir algún favor o agradecerle por sus milagros no está de más, sobre todo, cuando puedes dedicarle 9 días enteros a ella.

Esta novena de la Virgen de Guadalupe, la puedes rezar también antes de su fecha de celebración, después de celebrar su día o en los meses de diciembre previo a finalizar el año.

Novena de la Santísima virgen de Guadalupe día por día

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

Esta es la oración con la que se comienza todos los días la novena,  lo que se estipula, es que la persona se coloque de rodillas delante de la imagen de la virgencita de Guadalupe, se haga la señal de la cruz y comience el acto de contrición.

Acto de contrición

“Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío en vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonéis y me des gracia para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora la Virgen de Guadalupe. Amén.”

En este momento comienzas con la petición que desee la persona. Se reza a continuación  4 Salves en memoria de las 4 apariciones que hizo la virgencita y se comienza con la oración del día que corresponda.

Primer día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Señora de Guadalupe! Esa corona con que ciñes tus sagradas sienes publica que eres Reina del Universo. Lo eres, Señora, pues como Hija, como Madre y como Esposa del altísimo tienes absoluto poder y justísimo derecho sobre todas las criaturas.

Siendo esto así, yo también soy tuyo; también pertenezco a Ti por mil títulos; pero no me contento con ser tuyo por tan alta jurisdicción que tienes sobre todos; quiero ser tuyo por otro título más, esto es, por elección de mi voluntad.
Ved que, aquí postrado delante del trono de tu Majestad, te elijo por mi Reina y mi Señora, y con este motivo quiero doblar el señorío y dominio que tienes sobre mí; quiero depender de Ti y quiero que los designios que tiene de mí la Providencia divina, pasen por tus manos.

Dispón de mí como te agrade; los sucesos y lances de mi vida quiero que todos corran por tu cuenta. Confío de tu benignidad, que todos se enderezarán al bien de mi alma y honra y gloria de aquel Señor que tanto se complace en todo el mundo. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Segundo día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Que bien se conoce que eres Abogada nuestra en el tribunal de Dios, pues esas hermosísimas manos que jamás dejan de beneficiarnos las juntas ante el pecho en ademán de quien suplica y ruega, dándonos con esto a ver que desde el trono de gloria como Reina de Ángeles y hombres haces también oficio de abogada, rogando y procurando a favor nuestro.

¿Con qué afectos de reconocimiento y gratitud podré pagar tanta fineza?, siendo que no hay en todo mi corazón suficiente caudal para pagarlo.

A Ti recurro para que me enriquezcas con los dones preciosos de una caridad ardiente y fervorosa, de una humildad profunda y de una obediencia pronta al Señor.

Esfuerza tus súplicas, multiplica tus ruegos, y no ceses de pedir al Todopoderoso me haga suyo y me conceda ir a darte las gracias por el feliz éxito de tu intermediación en la gloria. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Tercer día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¡Qué puedo creer al verte cercada de los rayos del sol, sino que estás íntimamente unida al Sol de la Divinidad, que no hay en tu casa ninguna cosa que no sea luz, que no sea gracia y que no sea santidad!

¡Qué puedo creer sino que estás anegada en el piélago de las divinas perfecciones y atributos, y que Dios te tiene siempre en su corazón! Sea para bien, Señora, tan alta felicidad.

Yo, entre tanto, arrebatado del gozo que ello me causa, me presento delante del trono de tu soberanía, suplicándote te dignes enviar uno de tus ardientes rayos hacia mi corazón: ilumina con su luz mi entendimiento; enciende con su luz mi voluntad; haz que acabe yo de persuadirme de que vivo engañado todo el tiempo que no empleo en amarte a Ti y en amar a mi Dios: haz que acabe de persuadirme de que me engaño miserablemente cuando amo alguna cosa que no sea mi Dios y cuando no te amo a ti por Dios. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Cuarto día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima María de Guadalupe! Si un ángel del cielo tiene por honra tan grande suya estar a tus pies y que en prueba de su gozo abre los brazos y extiende las alas para formar con ellas repisa a tu Majestad, ¿qué deberé yo hacer para manifestar mi veneración a tu persona, no ya la cabeza, ni los brazos, sino mi corazón y mi alma para que santificándola con tus divinas plantas se haga trono digno de tu soberanía?

Dígnate, Señora, de admitir este obsequio; no lo desprecies por indigno a tu soberanía, pues el mérito que le falta por mi miseria y pobreza lo recompenso con la buena voluntad y deseo.

Entra a registrar mi corazón y verás que no lo mueven otras alas sino las del deseo de ser tuyo y el temor de ofender a tu Hijo divinísimo. Forma trono de mi corazón, y ya no se envilecerá dándole entrada a la culpa y haciéndose esclavo del demonio. Haz que no vivan en el sino Jesús y María. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Quinto día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¿Qué otro vestido le correspondía a quien es un cielo por su hermosura, sino uno todo lleno de estrellas? ¿Con qué podía adornarse una belleza toda celestial, sino con los brillos de unas virtudes tan lucidas y tan resplandecientes como las tuyas?

Bendita mil veces la mano de aquel Dios que supo unir en tu hermosura tan peregrina con pureza tan realzada, y gala tan brillante y rica con humildad tan apacible. Yo quedo, Señora, absorto de hermosura tan amable, y quisiera que mis ojos se fijaran siempre en Ti para que mi corazón no se dejara arrastrar en otro afecto que no sea el amor tuyo.

No podré lograr este deseo si esos resplandecientes astros con que estás adornada no infunden una ardiente y fervorosa caridad, para que ame de todo corazón y con todas mis fuerzas a mi Dios, y después de mi Dios a Tí, como objeto digno de que lo amemos todos. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Sexto día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! ¡Que bien dice a tu soberanía ese tapete que la luna forma a tus sagradas plantas! Hollaste con invicta planta las vanidades del mundo, y quedando superior a todo lo creado jamás padeciste el menguante de la más ligera imperfección: antes de tu primer instante estuviste llena de gracia.

Miserable de mí, Señora, que no sabiéndome mantener en los propósitos que hago, no tengo estabilidad en la virtud y solo soy constante en mis viciosas costumbres.

Duélete de mí, Madre amorosa y tierna; ya que soy como la luna en mi inconstancia, sea como la luna que está a tus pies, esto es, firme siempre en tu devoción y amor, para no padecer los menguantes de la culpa. Haz que esté yo siempre a tus plantas por el amor y la devoción, y ya no temeré los menguantes del pecado sino que procuraré darme de lleno a mis obligaciones, detestando de corazón todo lo que es ofensa de mi Dios. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Séptimo día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen María de Guadalupe! Nada, nada veo en este hermosísimo retrato que no me lleve a conocer las altas perfecciones de que dotó el Señor a tu alma inocentísima.

Ese lienzo grosero y despreciable; ese pobre pero feliz ayate en que se ve estampada tu singular belleza, dan claro a conocer la profundísima humildad que le sirvió de cabeza y fundamento a tu asombrosa santidad.

No te desdeñaste de tomar la pobre tilma de Juan Diego, para que en ella estampase tu rostro, que es encanto de los ángeles, maravilla de los hombres y admiración de todo el universo. Pues, ¿cómo no he de esperar yo de tu benignidad , que la miseria y pobreza de mi alma no sean embarazo para que estampes en ella tu imagen graciosísima?

Yo te ofrezco las telas de mi corazón. Tómalo, Señora, en tus manos y no lo dejéis jamás, pues mi deseo es que no se emplee en otra cosa que en amarte y amar a Dios. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Octavo día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! Qué misteriosa y que acertada estuvo la mano del Artífice Supremo, bordando tu vestido con esa orla de oro finísimo que le sirve de guarnición.

Aludió sin duda a aquél finísimo oro de la caridad y amor de Dios con que fueron enriquecidas tus acciones. ¿Y quién duda, Señora, que esa tu encendida caridad y amor de Dios estuvo siempre acompañada del amor al prójimo y que no, por verte triunfante en la patria celestial, te has olvidado de nosotros?
Abre el seno de tus piedades a quien es tan miserable; dale la mano a quien caído te invoca para levantarse; tráete la gloria de haber encontrado en mí una miseria proporcionada, más que todas, a tu compasión y misericordia. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Noveno y último día

Se comienza con la oración de todos los días y acto de contrición

¡Oh Santísima Virgen de Guadalupe! ¿Qué cosa habrá imposible para Ti, cuando multiplicando los prodigios, ni la tosquedad ni la grosería del ayate le sirven de embarazo para formar tan primoroso tu retrato, ni la voracidad del tiempo en mas de cuatro siglos ha sido capaz de destrozarle ni borrarle?

¡Que motivo tan fuerte es este para alentar mi confianza y suplicarte que abriendo el seno de tus piedades, acordándote del amplio poder que te dio la Divina Omnipotencia del Señor, para favorecer a los mortales, te dignes estampar en mi alma la imagen del Altísimo que han borrado mis culpas!

No embarco a tu piedad la grosería de mis perversas costumbres, dígnate solo mirarme, y ya con esto alentaré mis esperanzas; porque yo no puedo creer que si me miras no se conmuevan tus entrañas sobre el miserable de mí. Mi única esperanza, después de Jesús, eres tú, Sagrada Virgen María. Amén.

Terminar con un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

Recuerda que todas las oraciones tienen que ser interrumpidas durante 9 días las cuales las tienes que rezar con mucha fe y devoción en la virgencita, asimismo te invitamos a leer como se reza el Rosario de la Virgen de Guadalupe

5/5 - (3 votos)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *